Música, maestra.

Este fin de semana he vuelto a abrir mi piano, después de varios meses. Y al abrirlo he encontrado, además de polvo, una sensación de bienestar y alivio que no consigo justificar.

Teclas de piano.

Tocar el piano fue, durante un tiempo, parte importante de mi vida. Tocaba día a día, estudiaba y mejoraba constantemente. Durante 8 años fui a clases dos veces por semana. Conseguí sacarme algunos exámenes con notas brillantes. Disfruté, y creo que hice disfrutar.

Pero en un momento determinado -y de eso hace ya 9 años- dejó de ser un alivio para convertirse en un suplicio. Había empezado la universidad, mi tiempo libre se redujo considerablemente, y la dificultad de las obras se iba incrementando. Iba a clase sin estudiar, las partituras no avanzaban, mis dedos no corrían. No conseguía motivarme, y lo dejé.

Durante estos 9 años me he sentado intermitentemente en la banqueta, donde guardo numerosas partituras. He mirado con nostalgia aquellas piezas que tanto me gustaban, y con ansia aquellas que compré y que nunca empecé. He tocado algunos días festivos, ante la insistencia de mis amigos o familiares: – Toca algo en el piano, Magda.

Y yo tocaba algo, pero cada vez sonaba peor.

En diciembre del año pasado, mi amiga Judith me invitó a su boda, y fué una invitación intencionada – Quiero que toques el piano cuando entre en la iglesia. No me lo pidió, me lo explicó. Ni que decir que me quedé helada. Pero nos conocemos desde hace 25 años, y toqué (Ballade pour Adeline). Y nos emocionamos las dos. Y yo le agradecí que ella confiara en mí para ese momento tan importante de su vida.

Este fin de semana he vuelto a abrir la banqueta. He tocado algunas piezas - Bach y Mozart- que había estudiado hasta hacerme cansina. Me he equivocado, he repetido, y ha sonado bastante mal. Pero he vuelto a disfrutar. He vuelto a encontrar aquello que me dió tanto durante mucho tiempo. Me ha sentado bien. Y curiosamente he preferido el cómo, al qué, tocar con poesía a sonar las notas correctas. Supongo que los años han hecho cambiar mi perspectiva de las cosas.

No sé cuánto durará el entusiasmo, pero de momento las partituras las he dejado a mano.

Los vecinos no van a estar contentos, pero yo, sí.

4 Responses

  1. Viejas ilusiones reencontradas, con la experiencia vital adquirida con el tiempo. Mola. Mucho.

    Fer Sánchez - November 6th, 2007 at 7:14 pm
  2. Me alegra verte por aquí fer! 🙂

    magda - November 10th, 2007 at 5:04 pm
  3. Todos necesitamos, durante algun tiempo, alejarnos de las cosas (amigos, familia, objetos), tomar un poco de distancia, coger aire y volver a retomarlas con una visión mas amplia

    radioland - November 14th, 2007 at 7:56 pm
  4. Es una sensación muy emocionante, la conozco (con el baile) pero también he olvidado lo que se siente. Has logrado volver a transmitírmela.

    No dejes que lo que te gusta e ilusiona se quede enterrado bajo el polvo de las prisas y el estrés. Disfruta!
    Besotes :-* 🙂

    Lena - November 18th, 2007 at 1:43 pm

Deja tu comentario

Nota: La primera vez que escribas un comentario tardará un poco en aparecer.