Me debes un baile

Me invitas a adentrarme en tu salón, entre risas. Te sigo hasta el sofá, y nos hundimos, tan juntos que se me escapa un tímido calor en las mejillas.

Sentados lado a lado, hablamos con posturas ablandadas por una copa de vino o dos. A mí me parece que cada vez estás más cerca, pero no digo nada. Con cualquier excusa miro el reloj. – Tengo que irme. Pero no me voy.

Descubro en tus gestos que estás descubriendo los míos. Miras el reloj en mi muñeca y sonríes. – Tienes que irte. Pero no me voy.

Con tu mano sujetando mi muñeca, tus caricias empiezan en mi brazo. Siguiendo una melodía, me mimas con aire distraído como si rasgaras cuerdas en un arpa. Tus palabras dicen una cosa, tus movimientos dicen otra. ¿A quién tengo que creer?

Me agito en el sofá, me quiero mover al ritmo de esta música, y mi pulso ya sigue la cadencia de tus roces. Ahora el calor es evidente. – Tengo que irme. Pero no me voy.

Espero, cobarde o prudente, que ejecutes el siguiente compás.

Paso un rato secuestrada en tu sinfonía silenciosa, y tú defiendes tu inocencia. Amenazo una última vez y finalmente me despego de tus dedos. 

Me voy.

Pero que sepas que me debes un baile.

2 Responses

  1. <3

    Lena - February 14th, 2011 at 8:05 am
  2. +1

    voki - April 21st, 2011 at 9:10 pm

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