Los cajones del verano pasado.
Te encontré en los cajones del verano pasado, dormido durante meses entre ropa amontonada y recuerdos desordenados. Pero inconfundiblemente tú.
Encontré tu rastro en mis vestidos, los que durmieron en tu suelo, testigos de momentos que parecÃan incansables.
Algunos aparecen como el attrezzo de escenas de pobres, tú y yo y una conversación con poca luz. Nada más.
Otros tienen rastros de noches acaudaladas, diversión hasta la madrugada, miradas a escondidas con la música alta.
Guardan sabores salados, quizá el mar, quizá el sudor, o algunos besos con gintonic.
Vestuario que envolvió instantes sin pasado ni guion.
Situaciones únicas y en atesorado desorden.
Tanto que no les pudimos poner ni nombre.