Andalucía.

Aunque dejé mis relatos de la crónica de Madrid totalmente abandonados (me ha sorprendido ver que ya casi hace dos meses de ellos) tengo que decir que mi estancia continuó y terminó especialmente bien. Guardo muy bonitos recuerdos de ella y algo más que espero no perder.

 Mi siguiente viaje ha sido totalmente distinto: 9 días por el sur de españa, concretamente Sevilla, Granada y Córdoba (*). Tres grandes ciudades, todas bellas, todas distintas y todas calurosas.

Cuando volví de Madrid pensé en hacer un post sobre las diferencias entre Madrid y Barcelona. Como espero volver allí en breve, recopilaré más información e intentaré redactar algo que suene coherente. Del mismo modo, al regresar de mi viaje del sur me atacó otra idea: un post sobre las diferencias entre Sevilla y Granada. No es que menosprecie la bonita Córdoba, pero por tamaño y repercusión, se queda algo relegada de esta comparación.

Si bien Sevilla gana en fama, salud y dinero, y es difícil hacerle sombra a la Giralda, Granada es una firme rival, que compite en belleza, orden y diversión.

Sevilla es explícita. Granada es misteriosa.

Sevilla es rotunda. Granada se hace la remolona.

Sevilla es blanca. Granada es color crema.

Sevilla es de contrastes. Granada es una amalgama.

Sevilla es pija. Granada es bohemia.

Sevilla tiene prisa. Granada es paciente.

Sevilla te enamora. Granada te conquista.

Es difícil tener que escoger entre estos dos lugares. Recomiendo que no dejéis de visitarlas, eso sí, prohibido en verano. El sofoncante calor no te permite disfrutar el 100% de estas dos perlas.

Como muestra, un botón.

(*) Gracias a Marta, por muchas cosas, y por conducir 600km.

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