Después.
Tus besos saben muy distintos en la mejilla
y tu voz me suena rara por teléfono.
No hay manchas en las colchas, ni carmÃn en tus camisas
y no se duerme mejor en tu lado del colchón.
No consigo doblar bien las sábanas ni deshacer como antes la cama
y sólo sintonizo canales de deporte en el televisor.
Las botellas de vino me duran el doble
y los kleenex la mitad.
La mermelada de naranja se ha vuelto amarga.
O quizá esto era antes asà ya.